A principios de 2020 irrumpió el coronavirus y se produjo el cierre de fábricas a nivel global, produciéndose una menor demanda de bienes no esenciales y, por tanto, reduciéndose la actividad industrial. Al reducirse también el comercio mundial, los puertos mantuvieron solo al personal indispensable y las navieras disminuyeron sus rotaciones para adaptarse a esta menor demanda. Años atrás la oferta de transporte marítimo internacional había menguado por una serie de fusiones y adquisiciones que redujo el número de navieras. En la actualidad, cinco compañías copan el 65 % del mercado de contenedores, convirtiéndolas en dueñas del comercio mundial.
A partir del otoño de 2020, y a medida que se levantaban los bloqueos, la demanda de bienes no esenciales aumentó rápidamente espoleada por el comercio electrónico y por la mayor renta disponible de los consumidores tras varios meses de confinamiento. Sin embargo, las cadenas de suministro no pudieron responder con la misma rapidez con la que se incrementó la demanda. China, la fábrica del mundo, incrementó su producción de forma limitada debido a la escasez de materias primas y al cierre intermitente de algunas de sus fábricas, restringiendo la oferta de ciertos productos.
A su vez, las navieras no pusieron en marcha toda la capacidad disponible y empezó el desajuste entre la oferta y la demanda de transporte marítimo. Los puertos no procesaban a tiempo los volúmenes cada vez mayores de envíos, provocando largas demoras, barcos anclados durante semanas fuera de los principales puertos y escasez de contenedores marítimos, atascados en los barcos en espera.
Durante 2021 las compañías de transporte marítimo han intentado adaptarse al incremento de la demanda modificando las rutas marítimas. Los contenedores arribados a los puertos de América y Europa no han podido volver de regreso a Asia debido a las severas restricciones chinas por la pandemia y a los altos costes de envío de los contenedores en vacío. Esto ha provocado la acumulación de contenedores en muchos puertos americanos y europeos. Hay suficientes contenedores para satisfacer la demanda, pero no están en los lugares adecuados.
- La escasez de trabajadores (debido a la variante delta del Covid).
- Falta de componentes clave y materias primas.
- Aumento del precio de la energía.
- Subida de los fletes marítimos.
- Falta de conductores de camiones (se estima que se necesitan más de 400.000 en Europa y 15.000 en España).
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