La eliminación de la filosofía no es un símbolo sino una necesidad. La sociedad moderna es deforme, fofa intelectualmente e indolente en su criticidad. Fuera de Netflix y Twitter, no hay nada.
El discurso que construye la filosofía es contrario a cualquier forma de catecismo ideológico o adoctrinamiento. El hombre que piensa, piensa solo en un acto sublime de rebeldía frente a la manada.
Así que parece justo que se arrincone para siempre la filosofía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario